Las 10 Reglas que Regían la Vida de los Templarios

Las 10 Reglas que Regían la Vida de los Templarios

Los caballeros templarios conformaban una poderosa orden militar y monástica que llegó a tener gran influencia durante la Edad Media. Se regían por una estricta regla compuesta por códigos de conducta y votos solemnes que dictaban todos los aspectos de la vida cotidiana de sus miembros. Analicemos en profundidad estas 10 principales reglas templarias:

  1. Obediencia absoluta

Uno de los votos fundamentales de los templarios era la obediencia absoluta y sin cuestionamientos a sus superiores y a los ideales de la orden. Debían acatar con diligencia cualquier orden, sin importar lo difícil o peligrosa que fuera. Esto garantizaba la disciplina militar tan necesaria en el campo de batalla y las campañas militares que emprendían.

La más mínima objeción o duda sobre una orden era vista como un acto de rebeldía y podía pagarse con duros castigos. Esta obediencia ciega aseguraba que se movieran como una sola unidad cohesionada.

  1. Pobreza material

A pesar de que la orden del Temple acumuló grandes riquezas con el tiempo gracias a los bienes que les donaban reyes y nobles, los templarios como individuos debían seguir perpetuos votos de pobreza material. No les estaba permitido poseer bienes propios, ropas lujosas ni ningún tipo de propiedad.

Dormían con simples hábitos monacales en dormitorios comunales y comían en igualdad de condiciones. Con esto se buscaba desprenderlos de los bienes terrenales para enfocarse sólo en su misión espiritual y servicio militar.

  1. Castidad total

Otro de los votos que debía cumplir todo templario era el de castidad perpetua. Se les prohibía terminantemente tener cualquier contacto íntimo o carnal con mujeres u hombres. No podían contraer matrimonio ni procrear. Con este voto de abstinencia total se buscaba que mantuvieran la pureza de cuerpo y mente...

  1. Dieta ascética

Los templarios debían seguir una dieta muy estricta y frugal. Se les prohibía comer carne más de tres veces por semana, y en épocas de ayuno debían abstenerse totalmente de ella. El pescado estaba permitido en algunas fechas. También ayunaban con frecuencia.

Esta dieta ascética, austero y escasa, tenía la intención de mantener el vigor físico y espiritual de los templarios para el cumplimiento de sus deberes militares.

  1. Indumentaria distintiva

Los templarios debían vestir en todo momento una indumentaria distintiva que los identificara plenamente como miembros de la orden. Sus túnicas y capas externas debían ser siempre de color blanco, mientras que la cruz patada roja debía estar visible sobre sus mantos.

En las batallas, usaban una armadura completa de metal de color blanco, con una capa roja donde estaba bordada la cruz patada. Esta vestimenta tan particular los distinguía de inmediato como caballeros templarios.

Vestimenta de los caballeros templarios

  1. Rituales religiosos

Como orden monástica, los templarios debían seguir con suma diligencia y disciplina todos los rituales, sacramentos y obligaciones de la Iglesia Católica. Pero además, tenían sus propios ritos secretos sólo para los miembros, sobre los cuales debían guardar absoluto silencio.

Oraban y ayunaban antes de las batallas, viviendo en un delicado equilibrio entre la vida monástica y la militar. Esta devoción religiosa resultaba vital, pues se concebían ante todo como defensores de la cristiandad.

  1. Rendición de cuentas

Todo caballero templario debía confesar regularmente sus pecados e incluso delitos ante sus superiores directos. Asimismo, debían someterse a la Penitencia y absolución si sus actos lo ameritaban. También tenían la obligación de rendir cuentas detalladas sobre su comportamiento y acciones.

Este control interno buscaba garantizar la rectitud de todos los miembros y que ninguno se desviara del camino templario. Cualquier secreto o rasgo de corrupción debía ser revelado.

  1. Tonsura y barba

Como símbolo externo de su condición de monjes guerreros, los caballeros templarios mantenían la tonsura, que consistía en raparse la corona de la cabeza, dejando sólo un círculo de cabello alrededor. Esto replicaba los cortes de pelo de los monjes medievales.

Asimismo, debían dejarse crecer la barba como signo de madurez y autoridad. La combinación de barba prominente y tonsura era distintiva de su posición como monjes soldados.

Constantinopla en tiempos de los templarios

  1. Estructura jerárquica

Dentro de la orden del Temple existía una estructura jerárquica muy rígida y piramidal que debía ser acatada absolutamente. Se iba desde los Comandantes, Mariscales, Caballeros y Sargentos, hasta los Escuderos en la base, cada uno con sus responsabilidades y autoridad claramente delineadas.

En la cúspide estaba el Gran Maestre de la orden, la máxima autoridad. Esta jerarquía interna era fundamental para el buen funcionamiento de los templarios.

  1. Devoción espiritual

Todo miembro de la orden del Temple debía cultivar y mantener una profunda devoción por la Virgen María, matriz espiritual del Temple. También estaban obligados a rezar diariamente las horas canónicas y dedicar tiempo a la contemplación meditativa cuando no estuvieran en campaña militar.

El fervor espiritual era un elemento central que equilibraba su fiera vida castrense. Debían ser tan monjes como guerreros.

En conclusión, esta estricta regla templaria, compuesta por rígidos códigos y votos perpetuos, regulaba firmemente todos los aspectos de la vida cotidiana de sus integrantes. Su fiel seguimiento permitió forjar una formidable hermandad militar y religiosa, aunque también sembró las semillas de su posterior caída.

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